Erase una vez un padre que tenía tres hijos muy perezosos se puso enfermo y mandó llamar al notario para hacer testamento:
Hace muchos años, cuando Inglaterra no era más que un puñado de reinos que batallaban entre sí, vino al mundo Arturo, hijo del rey Uther.
Rufo era un travieso conejito que vivía con su mamá en el campo.
Hace muchos, pero muchos años, el rey Minos, de Creta, había encerrado en el laberinto a un terrible monstruo que era un hombre con cabeza de toro y se llamaba Minotauro.
Hace mucho tiempo, en la época de los dragones y los castillos, corría el rumor de que una bruja tremendamente malvada habitaba en lo alto de una montaña, desde la que podía ver decenas de pequeños pueblos y a todos sus habitantes.
Hace mucho tiempo no existían las palabras, ni las letras, ni la lectura. Hasta que por arte de magia surgió la primera letra en la cabeza de un niño y luego otra, y otra, hasta llegar a 27.
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez que le oían decir aquello:
Una comadreja que estaba muy hambrienta, logro colarse por un agujero dentro de una granero, allí paso varios días comiendo en grandes cantidades y dándose un gran banquete.
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.