Rufo era un travieso conejito que vivía con su mamá en el campo.
Hace muchos, pero muchos años, el rey Minos, de Creta, había encerrado en el laberinto a un terrible monstruo que era un hombre con cabeza de toro y se llamaba Minotauro.
Hace mucho tiempo, en la época de los dragones y los castillos, corría el rumor de que una bruja tremendamente malvada habitaba en lo alto de una montaña, desde la que podía ver decenas de pequeños pueblos y a todos sus habitantes.
Hace mucho tiempo no existían las palabras, ni las letras, ni la lectura. Hasta que por arte de magia surgió la primera letra en la cabeza de un niño y luego otra, y otra, hasta llegar a 27.
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez que le oían decir aquello:
Una comadreja que estaba muy hambrienta, logro colarse por un agujero dentro de una granero, allí paso varios días comiendo en grandes cantidades y dándose un gran banquete.
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.
Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le acercó un vecino, anunciándole que las puertas de su casa estaban abiertas y que habían robado todo lo que había en su interior.
Había una vez una niña, hija de un granjero, que ayudaba a sus padres en las tareas de casa y en el cuidado de los animales de la granja.